«Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en
cualquier cosa» Chesterton
Es muy interesante hacer un recorrido anual y de manera
sistemática por toda la Escritura. Creo que cada creyente,
que se prepara para vivir con Dios por toda la eternidad
debe comenzar, desde este lado de la eternidad, a conocer
el caracter de Dios y de las personas que compartirán con
él la vida eterna.
Hoy, leyendo otra vez la carta que le escribió el apóstol Pablo
a los cristianos de Roma, me encontré con este pasaje, que
me llamó la atención de forma muy particular:
«Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado
la rodilla delante de Baal» (Romanos 11:4)
El apóstol Pablo hace referencia a un caso mencionado en el
Antiguo Testamento, que narra una época muy triste por
la cual pasó el pueblo de Israel. Un tiempo en el cual
el pueblo escogido por Dios, y sacado de la esclavitud de Egipto
de una manera gloriosa, ahora se había apartado del Dios vivo y
verdadero para adorar a los ídolos de esa época, entre ellos a
Baal.
Dios, en un intento final de hacer que el pueblo reflexione y
salga del engaño en el cual había caído, otra vez, le pide al
profeta Elías que haga algo. Elías cumple. Dios de manifiesta;
pero entonces Elías fue perseguido por la reina Jezabel y Elías
huye.
Todo el caso se puede leer en 1 Reyes 17-19 en el Antiguo
Testamento.
Cuando Dios le sale al encuentro a Elías, le pregunta:
«¿Qué haces aquí, Elías? Él respondió: He sentido un vivo
celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de
Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han
matado a todos tus profetas; y sólo yo he quedado, y me
buscan para quitarme la vida» (1Reyes 19: 9,10)
El apóstol Pablo usa este caso para recordar a los gentiles
que Dios no ha desechado a su pueblo. Lo disciplina, si,
pero no lo desecha, porque el pacto con su pueblo es eterno.
Ahora bien, muchas veces sucede con nosotros lo mismo que
le pasó a Elías. En dificultades buscamos a Dios y él en su
misericordia responde en forma grandiosa y se glorifica,
pero los enemigos de Dios desatan una persecusión
contra todos aquellos que se le oponen, porque hay que
recordar que es una lucha de poder espiritual.
No podemos olvidar tampoco a quién le entregó Adán el reino
que Dios le había dado a él (Génesis 2, 3) Lo importante es
recordar a quién le debemos obediencia y fidelidad.
«¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera.
Porque yo soy israelita, de la descendencia de Abraham,
de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo,
el cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías
la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo:
Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares ha
derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero
qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil
hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así
también aun en este tiempo ha quedado un remanente
escogido por gracia» Romanos 11:1-5
Dios se había reservado siete mil personas en todo ese país que
se mantenian fiel y en obediencia a sus preceptos y
madamientos. Para mí es algo maravilloso leer esto y recordar
que de Dios es el poder. En cada lugar sobre la faz de la tierra
hay personas que decidida y voluntariamente se entregan a
Dios en espíritu, alma y cuerpo para amar y servir.
Muchas veces creemos que estamos solos, pero no es así.
Dios sigue al mando de este mundo, aunque algunas
autoridades delegadas se hayan desviado de su misión.
En el libro de los Hechos de los Apóstoles se nos dice que Dios
nos da su poder para que seamos testigos de él (Hechos 1:8)
El propósito ha de ser extender el reino de Dios sobre la tierra,
no crear reinos paralelos.
Es tan fácil ceder ante lo momentáneo, lo urgente, que
olvidamos lo eterno, lo trascendente.
«Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de
Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades»
1 Pedro 3:22
Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al
Padre Celestial sino a travé de él. Juan 14:6
«El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir,
sino en saber para qué se vive» Fiodor Dostoievski
«Un cristiano enfeliz es un cristiano mal informado.
El conocer a Dios da libertad» Tony Evans
El apóstol Pedro nos aconseja que hagamos el bien sin temer a
las amenazas. Dios siempre está presente!
«Me hallé en la ridícula situación de creer que me sostenía sólo: estando en realidad sostenido por toda la cristiandad»
Chesterton