Gente feliz

"Estas cosas os he hablado para que en mí tengais paz. En el mundo
tendréis aficción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33)

Cipriano,
obispo de Cartago en el tercer siglo de nuestra era, murió como mártir
por la espada del verdugo. En cierta ocasión escribió a su amigo
Donatus:
 
 "Estamos en un mundo malo, Donatus, un mundo
increiblemente malo. Pero, en medio de este mundo descubrí a un pueblo
tranquilo, santo, que aprendió un gran secreto. Aquellos que lo
componen han hallado un gozo mil veces mejor que todos los placeres de
nuestras vidas pecaminosas. Son personas despreciadas y perseguidas,
pero esto no les preocupa. Son dueñas de su alma. Vencieron al mundo.
Esta gente, Donatus, son los cristianos … y yo soy uno se ellos".

Es
de desear que hoy en día los que forman parte de ese pueblo, puesto
aparte por la gracia de Dios, experimenten y muestren la misma paz y el
mismo gozo. Actualmente la oposición de la sociedad, por lo menos en
algunos países, no se manifiesta de manera violenta, pero el
menosprecio por Jesús y por los que dicen conocerlo aún permanece. La
fe en Aquel que fue vencedor en la cruz, es la que ha vencido al mundo.

Nada puede abatir a un creyente que conoce a Jesucristo como el
Hijo de Dios. Necesitamos esta fe viva, la que no es una simple
religión, sino el apego a Aquel que, al dar su propia vida, nos
comunicó una vida nueva.