«Encerrados para aquella fe»
(Gálatas 3:23)
En los tiempos pasados, Dios puso al hombre bajo la protección de la ley para que pudiese aprender el camino excelentísimo de la fe.
Porque por medio de la ley, él podría ver la norma sagrada de Dios y por la ley vería su completa impotencia; entonces se alegraría en aprender el camino de fe en Dios.
Dios aún nos encierra para que aprendamos fe.
Nuestra naturaleza, nuestras circunstancias, pruebas y desilusiones, todas sirven para encerrarnos y tenernos en custodia, hasta que veamos que el único camino de escape, es el camino de fe en Dios.
Moisés trató de obtener la libertad de su pueblo por medio de sus esfuerzos y aún por la violencia.
Dios tuvo que encerrarlo durante cuarenta años en el desierto antes de estar preparado para llevar a cabo el trabajo de Dios.
Dios mandó a Pablo y Silas que predicasen el Evangelio en Europa.
Cuando desembarcaron se dirigieron al país de los filipenses.
Fueron azotados, encarcelados y sus pies fueron encadenados.
Fueron encerrados para la fe.
Confiaron en Dios, cantaron alabanzas a El en las horas más difíciles,
y Dios los rescató y salvó.
Juan estuvo encerrado en la Isla de Patmos.
Fue encerrado para le fe.
Si no hubiese sido encerrado, jamás hubiese visto visiones tan gloriosas de Dios.
Querido lector,
¿Te encuentras en alguna gran aflicción?
¿Has recibido una gran desilusión?
¿Has atravesado por alguna aflicción o alguna gran pérdida inexplicable?
¿Estás en algún sitio difícil?
¡Animo!
Estás encerrado para la fe.
No interpretes malamente tus dificultades.
Somételas a Dios.
Pídele a El que haga que «todas las cosas contribuyan
juntamente para bien» y que «Dios obre para aquel, que espera a El»
Habrá bendiciones, ayuda y revelaciones de Dios que vendrán a ti,
las cuales no hubieses recibido de otra manera.
Y no solamente tú , sino muchos otros también recibirán una gran luz
y bendición por haber estar encerrado para la fe.
C. H. P.
«Cuando los hombres y las montañas se encuentran se hacen muchas cosas,
las cuales no pueden hacerse empujándose en la calle»
Manantiales en el desierto. Agosto 25. Editorial Mundo Hispano. 1979.
@emldg