La Vida Divina

«He hallado redención»
(Job 33:24 Traducción Literal)

La vida divina es saneamiento divino. Es la primacía de Cristo sobre el cuerpo.
Es la vida de Cristo en el marco. Es la unión de nuestros miembros con el mismo cuerpo de Cristo y la afluencia de la vida de Cristo a nuestros miembros vivos.
Ello es tan cierto como Su cuerpo resucitado y glorificado. Es tan razonable como el hecho de que Él  fue resucitado de los muertos y es un Hombre vivo, con un cuerpo de verdad, un alma racional que hoy se encuentra a la diestra de Dios.

Aquel Cristo viviente nos pertenece con todos Sus atributos y potestades.
Somos miembros de Su cuerpo, de Su carne y de Sus huesos y con solamente que lo creamos y recibamos, podremos vivir la misma vida del Hijo de Dios.
Señor, ayúdame a conocer a «el Señor por el cuerpo y el cuerpo por el Señor»
A. B. Simpson.

«El Señor tu Dios, es poderoso en medio de ti»
(Sofonías 3:17 Versión Inglesa)

Este es el texto que hace cerca de veinticinco años reveló la verdad de saneamiento Divino a mi mente y cuerpo debilitado.
Es aún la puerta, más abierta que nunca, por la cual el Cristo viviente pasa a cada momento a mi cuerpo redimido, llenándole, dándole energía, vatalizándole con la presencia y poder de Su propia personalidad, transformando toda mi existencia en en «nuevo cielo y en una nueva tierra»

«El Señor tu Dios» Tu Dios. Mi Dios. Entonces todo lo que hay en Dios Todopoderoso es mío y está en mí en la medida que puedo y estoy dispuesto a apropiarme de Él, y todo lo que a Él pertenece. Este Dios, «poderoso,» TODO Poderoso, es nuestro Dios INTERIOR.
Él está en medio de mí, como Padre, Hijo y Espíritu Santo, con la misma certeza que el sol está en el centro de los cielos o como el dinamo ocupa el centro de la casa potencial de mi triple existencia.
Él está en medio, en el centro de mi existencia física. Está en medio de mi cerebro, está en medio de mis nervios.

Durante veintiún año, no solamente ha sido una realidad viviente para mí, sino una realidad que ha crecido y enriquecido más profundamente hasta la edad de setenta años, haciendo que me sienta más joven y más dispuesto para todo que cuando tenía treinta años. Actualmente me encuentro fortalecido por Dios y haciendo a veces tanto trabajo mental y físico como hice en mis mejores tiempos pasados, y ten en cuenta que lo hago con la mitad de los esfuerzos necesarios.
Mi vida física, mental y espiritual es semejante a un pozo artesiano, siempre lleno y rebosando. El hablar, enseñar, viajar de noche y de día en todos los tiempos, cualquiera que sea la temperatura que haga, no me causa mayor esfuerzo que a la rueda de molino el girar cuando la corriente rebosa, o el caño permitir que el agua pase por él. Dr. Henry Wilson.

Manantiales en el desierto. Septiembre 27. Editorial Mundo Hispano. 1979.

«El Señor tu Dios, es poderoso en medio de ti»
Dios. Mi Dios.
@emldg

Por qué se trata todo de Dios?

En nuestros momentos más felices no queremos morir.

El deseo de morir sólo aparece cuando el sufrimiento nos resulta insoportable.

El deseo del corazón del hombre es vivir y ser feliz. Dios nos ha hecho así.
«Ha puesto eternidad en sus corazones»

Hemos sido creados a imagen de Dios y Dios ama la vida y vive para siempre.

Lo contrario de la vida eterna no es la aniquilación sino el infierno.

Lo asombroso es que el mal y el sufrimiento conformaban el camino para la victoria de Jesús sobre el mal y el sufrimiento.

Cada uno de los actos de traición y brutalidad contra Jesús era pecaminoso y malvado, pero Dios estaba allí.

 

«Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» 1 Pedro 3:18

«Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hecho cercanos por la sangre de Cristo» Efesios 2:13

«Entraré al altar de Dios, el Dios de mi alegría y de mi gozo» (Salmo 43:4)

Al fin y al cabo, Dios es el evangelio.

La palabra evangelio significa «buenas noticias»

El cristianismo no es principalmente teología, sino noticias.

Es como los prisioneros de guerra que oyen por una radio escondida que los aliados han desembarcado y que el rescate es cuestión de tiempo.
Los guardias se preguntan a qué se debe tanto alborozo.

Pero cuál es el bien último que encontramos en las buenas noticias?
Todo termina en una cosa: Dios mismo.
Todas las palabras del evangelio apuntan a Él; si no, no son evangelio.

Por ejemplo, la «salvación» no es una buena noticia si sólo salva del infierno, pero no salva para Dios.

El «perdón» no es buena noticia si sólo nos alivia de la culpa, pero no nos abre el camino hacia Dios. 

La «justificación» no es una buena noticia si sólo nos hace aceptables a Dios legalmente, pero no produce comunión con Dios.

La «redención» no es una buena noticia si sólo nos libera de la esclavitud, pero no nos acerca a Dios.

La «adopción» no es buena noticia si sólo nos pone en la familia de Dios, pero no en sus brazos.

Este punto es crucial.
Muchas personas parecen aceptar las buenas noticias sin aceptar a Dios.

No existen pruebas de que tengamos un corazón nuevo porque querramos escapar del infierno. Ese es un deseo natural, no sobrenatural.

No hace falta tener un corazón nuevo para querer el alivio psicológico que suponen el ser perdonado, o el librarse de la ira de Dios, o heredar el mundo de Dios.
Todas estas cosas se pueden desear sin ningún tipo de cambio espiritual.
No hace falta nacer de nuevo para querer estas cosas.
Los demonios también las quieren.

No está mal desearlas.
De hecho, sería una locura no hacerlo. Sin embargo, la prueba de que ha habido un cambio en nosotros es que deseamos estas cosas porque así podemos disfrutar de Dios.

Esta es la mayor razón por la que murió Cristo: «Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios»
(1 Pedro 3:18)

¿Por qué es esta la esencia de las buenas noticias?
Porque fuimos hechos para experimentar la felicidad plena y duradera que alcanzamos cuando vemos y saboreamos la gloria de Dios.

Si nuestro mayor gozo proviene de cualquier otra cosa, somos idólatras y deshonramos a Dios.

Él nos creó de manera que su gloria se muestre a través de nuestro gozo en ella.

El evangelio de Cristo es la buena noticia de que Dios, pagando con la vida de su propio Hijo, ha hecho todo lo necesario para cautivarnos con aquello que nos dará una felicidad eterna y cada vez mayor: Él mismo.

Mucho antes de la venida de Cristo, Dios se reveló a sí mismo como fuente de gozo pleno y verdadero.
«Me has dado a conocer la senda de la vida; me has llenado de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha» (Salmo 16:11)

Luego envió a Cristo a sufrir «para llevarnos a Dios»
Es decir, que envió a Cristo para ofrecernos el gozo más profundo y duradero que puede experimentar un ser humanos.

Escucha, pues, la invitación: Huye de «los deleites temporales del pecado» (Hebreos 11:25) y ven a la «dicha eterna»
Ven a Cristo

John Piper. Para que tengas gozo. Desisring God. 2008.

@emldg

Dios es nuestro amparo y fortaleza…

«Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones» Salmo 46:1

La duda se nos presenta a menudo en esta forma:
«¿Por qué no me ayudó Él antes?
Porque no consideró que era el momento oportuno.
Primeramente, Él debe acomodarte a la tribulación y hacer que aprendas tu lección por medio de ella.
Su promesa es:
«Estaré con él en la tribulación; lo libraré y honraré»
Él debe estar contigo primeramente en la tribulación todo el día y toda la noche. Después, Él te sacará de ella. Pero esto no acontecerá hasta que deseches tu inquietud y enojo acerca de ella y te calmes y tranquilices.
Entonces Él dirá:
«Es suficiente»

Dios usa la tribulación para enseñar grandes lecciones a Sus hijos.
Su propósito es educarnos por medio de ella.
Cuando la tribulación realiza su trabajo, entonces recibimos una recompensa gloriosa por su mediación.
En ella hay un gran gozo y un verdadero valor.
Él no considera las tribulaciones como dificultades, sino como oportunidades. Seleccionado. 

Una vez, oímos decir a un anciano algo que jamás olvidaremos:
«Cuando Dios te prueba, entonces es la ocasión para probar a Él, poniendo a prueba Sus promesas y reclamar de Él lo necesario para vencer tus pruebas»

Hay dos caminos para salir de la prueba.
Uno consiste en quitarse la prueba de encima  y estar agradecido cuando haya pasado.
El otro, en considerarla como un desafío por parte de Dios, para que reclamemos una bendición mayor que las que hasta ahora hemos obtenido, y la saludemos con gozo como a una oportunidad que se nos presenta para obtener una medida mayor de la Gracia Divina.
Así que, aún el enemigo se convierte en una ayuda, y las cosas que parecían estar contra nosotros se han transformado en instrumentos para asistirnos en el progreso de nuestro camino.
De seguro, que esto es más que ser conquistadores por medio de Aquel que nos amó. A. B. Simpson.

Septiembre 7. Manantiales en el Desierto. Editorial Mundo Hispano. 1979.

 

@emldg

Estar Contigo

Decidiste de Tu lluvia
derramar sobre mi vida
y desde entonces
no ha parado de llover

Vivo en tierra que
le has dado tanto fruto
y cada día bendiciones
veo del Cielo descender

Y aunque no lo menosprecio
y vivo tan agradecido
Mi tesoro está a Tu lado, mi Señor
Y prefiero estar Contigo en el Desierto
que habitar en un Oasis alejado de Tu amor

CORO

// Estar Contigo es lo mejor
que me ha sucedido
Tu bendición pudiera terminar
mas si a mi lado estás
completo puedo estar si estoy Contigo//

Tú me has dado sin medida
lo que yo no merecía
Me has colmado de Tu gracia y Tu favor
Y no hay nada en este mundo
por lo cual yo cambiaría
el regalo de Tu amor y Tu perdón

CORO

// Estar Contigo es lo mejor
que me ha sucedido
Tu bendición pudiera terminar
mas si a mi lado estás
completo puedo estar si estoy Contigo//

Abel Zavala

@emldg