El verdadero ayuno

¡Grita con toda tu fuerza, no te reprimas! Alza tu voz como trompeta. Denúnciale a mi pueblo sus rebeldías; sus pecados, a los descendientes de Jacob.
Porque día tras día me buscan, y desean conocer mis caminos, como si fueran una nación que practicara la justicia, como si no hubieran abandonado mis mandamientos. Me piden decisiones justas, y desean acercarse a mí, y hasta me reclaman: ¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta? ¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas? Pero el día en que ustedes ayunan, hacen negocios y explotan a sus obreros. Ustedes sólo ayunan para pelear y reñir, y darse puñetazos a mansalva. Si quieren que el cielo atienda sus ruegos, ¡ayunen, pero no como ahora lo hacen!
¿Acaso el ayuno que he escogido es sólo un día para que el hombre se mortifique? ¿Y sólo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes día de ayuno y el día aceptable al Señor?
El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes?
Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá. Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: ¡Aquí estoy!
Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche. El Señor te guiará siempre; te saciará en tierras resecas, y fortalecerá tus huesos. Serás como jardín bien regado, como manantial cuyas aguas no se agotan. Tu pueblo reconstruirá las ruinas antiguas y levantará los cimientos de antaño; serás llamado reparador de muros derruidos, restaurador de calles transitables. Si dejas de profanar el día de descanso, y no haces negocio en mi día santo; si llamas el día de descanso «delicia», y al día santo del Señor, «honorable»; si te abstienes de profanarlo, y lo honras no haciendo negocios ni profiriendo palabras inútiles, entonces hallarás tu gozo en el Señor; sobre las cumbres de la tierra te haré cabalgar, y haré que te deleits en la herencia de tu padre Jacob. El Señor mismo lo ha dicho.

Notas:

58:1 Grita con toda tu fuerza, no te reprimas. El profeta clama contra los pecados del pueblo como un poderoso toque de trompeta; se deben poner al descubierto los pecados y la hipocresía del pueblo de Dios. Si los mensajeros de Dios dejan de señalar los pecados de su pueblo, no son fieles al llamamiento de Dios.
58:2. Día tras día me buscan. Judá estaba buscando a Dios cada día como si deseara conocer sus caminos; sin embargo, al mismo tiempo estaba viviendo en pecado y siendo indiferente a sus justos mandamientos. Hoy las congregaciones pudieran adorar al Señor exteriormente, aparentar que se deleitan en alabarlo y parecer deseosas de conocer sus caminos; al mismo tiempo podieran estar conformándose a las costumbres del mundo y descuidando el estudio diligente de su Palabra escrita. Semejante «adoración» es un insulto y una abominación a Dios.
58:3. El día que ustedes ayunan. El pueblo de Dios se quejaba de que él no lo ayudara. Pero Dios sabía que era una hipocresía la adoración y el ayuno de su pueblo. Les dice que ningún acto religioso tiene valor alguno para él si no proviene de quienes procuran obedecer con humildad sus mandamientos y les extienden las manos con compasión a los necesitados.
58:6. El ayuno que he escogido. El ayuno que Dios aprueba es el que va acompañado de amor a él y genuino interés por los oprimidos. Los creyentes deben comprender que dar los diezmos y las ofrendas a la iglesia no los libra de su responsabilidad de dar a los pobres. Deben compartir su pan con los hambrientos y proporcionar ropa a los que no tienen ninguna. Deben hacer un sincero esfuerzo para determinar las necesidades de los demás, sobre todo de sus propias congregaciones locales, y dedicarse a ayudar en todo lo que puedan.
58:8-12. Tu luz despuntará como la aurora. Cuando hay genuino amor a Dios y sincero interés por el bienestar de los demás, se abre un canal para que entre la plena bendición de Dios en la vida de los creyentes. Aquí se establecen las recompensas para el amor: (1) la luz de Dios y el pleno regocijo de la salvación y sanidad, (2) la protección y la presencia de Dios manifestada en la vida de ellos, (3) la ayuda de Dios en la angustia mediante la oración contestada, (4) la supresión de la oscuridad y la opresión, (5) la dirección, el poder y la capacidad fructífera de Dios, y (6) la genuina restauración, con el restablecimiento de las normas y los ideales de Dios.
58:13. El día de descanso. Dios ha esteblecido desde la creación que debe separarse un día de siete como «santo» para él. Un día para que el pueblo de Dios cese en sus actividades habituales y se dedique al descanso físico y a la renovación espiritual (Exodo 20:8); el hacerlo aumentará el deleite de los creyentes en el Señor y los capacitará para alcanzar nuevas alturas espirituales.

Isaías 58. NVI. Biblia de estudio de la Vida Plena.

Nombramiento de jueces

Moisés se sentó a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde. Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú sólo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde? Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.

Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también todo el pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además, escoge tú de entre el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre de ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.

Y oyó Moisés la voz de su suegro, he hizo todo lo que dijo. Escogió Moisés varones de virtud entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre cientos, sobre cincuenta y sobre diez. Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el sunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño.

La sabiduría práctica de Jetro fue de enorme beneficio para Moisés e Israel, y ha sido loada como ejemplo de delegación y de organización de la gestión por expertos en optimización durante siglos, y lo sigue siendo. Entretejidas en el consejo de Jetro aparecen declaraciones acerca de Dios y de las virtudes de los hombres piadosos que llevan a respetar a este hombre ante la buena integración de su fe en su forma de pensar. Desde luego, comprendía perfectamente que Moisés necesitaba el permiso divino para poner en marcha su consejo (v. 23). 

Estas mismas cualidades espirituales se demandaron a los dirigentes en el N.T. (Hechos 6:3: 1Timoteo 3:1-7; Tito 1:6-9)

Exodo 18: 13-26 RV60. La Biblia de estudio Macarthur