En la historia de El onejo de peluche de Margery Williams,
el conejito aprende lo que significa ser real de un caballo
de cuero.
«Caballo de Cuero ha vivido en el cuarto de los niños más que nadie.
Era tan viejo que le faltaba el pelo marrón en algunas partes
dejando al descubierto los surcos de la piel y casi todos los pelos de
la cola le han sido arrancados para usarlos para ensartar cuentas
para collares. Era sabio. Había visto pasar una larga sucesión de
juguetes mecánicos haciendo ostentosa gala de su presencia pero
a la larga se les rompía el mecanismo y dejaban de ser, él sabía que
eran sólo muñecos y que nunca se transformarían en otra cosa.
En el cuarto infantil la magia es extraña y maravillosa y sólo
aquellos juguetes que son viejos, sabios y tienen experiencia como
Caballo de Cuero comprenden esto.
_¿Qué es real? _pregunta Conejo un día en que se encontraban
tendidos uno al lado del otro, antes que Nana viniese a ordenar
el cuarto_, ¿quiere decir que hay que tener cosas adentro que
suenen como chicharras y te hagan andar?
_Lo real no es de qué estés hecho _le dijo Caballo de Cuero_ sino
lo que te pasa. Cuando un niño te quiere por mucho, mucho
tiempo, no sólo por jugar contigo, sino que realmente te quiere,
entonces, te transformas en algo real.
_¿Duele? _le preguntó Conejo.
_A veces _contestó Caballo de Cuero, ya que le gustaba decir
la verdad. Cuando eres real, no te importa que te lastimen.
_Pasa de golpe, como una sola herida o un poquito cada vez _le
preguntó.
_No pasa de golpe _le dijo Caballo de Cuero_, lleva mucho tiempo.
Es por eso que no le sucede con frecuencia a quienes se rompen
fácilmente o tienen bordes filosos o hay que manipularlos con
cuidado. Generalmente, cuando llegas a ser real, casi todo tu
cabello se ha caído, se te han salido los ojos y tienes las coyunturas
flojas y temblorosas. Pero estas cosas no tienen importancia porque
cuando eres real no puedes ser feo, excepto para la gente que no
comprende.
_Supongo que tú eres real _dijo Conejo.
Deseó no haberlo dicho pensando que Caballo de Cuero podía ser
sensible. Pero Caballo de Cuero se rió solamente.
_El tío del chico me hizo real _le dijo_.
Eso fue hace muchos años; pero una vez que eres real no puedes
volver a ser irreal nunca más.
Te dura para siempre»
En Cristo te haces real porque eres amado y aceptado
incondicionalmente.
¡Una vez que llegas a ser real nunca más quieres volver a ser irreal¡
Pureza bajo presión. Neil T. Anderson y Dave Park.
Editorial Unilit. 1996
@emldg