Estar contento

"He aprendido a estar contento en cualquier circunstancia en que me encuentre" (Filipenses 4:11)
 
Se cuenta la historia de un rey que una mañana fue a su jardín y se encontró que todo estaba secándose y muriendo.
 
Preguntó a un roble que estaba plantado junto a la puerta del cercado, cuál era la causa. Se encontró que el roble estaba hastiado de la vida y estaba decidido a morir porque no era alto como el pino. El pino estaba descorazonado porque no podía producir uvas como la vid. La vid iba a suicidarse porque no podía mantenerse derecha y tener frutos tan hermosos como los del melocotonero. El geranio estaba enojado porque no era alto y fragante como la lila, y en fin, esta era la situación de todo lo que había en el jardín.
 
Al llegar a un pensamiento, vio que su cara estaba tan brillante y tan contenta como siempre. "Bueno, pensamiento, me alegro de  encontrar en medio de tanto desaliento una florecilla valiente. Tu no pareces estar desanimada lo más mínimo" "No, yo no soy de mucha importancia, pero pensé que si Usted desease un roble, un pino, un melocotonero o una lila los hubiese plantado; pero como sabía que Usted deseaba un pensamiento, me he propuesto poner  de mi parte, para ser tan buen pensamiento como me sea posible"
 
     Puede ser que otros hagan un trabajo mayor que el tuyo, pero tú tienes que hacer una cierta labor, y ninguna otra persona puede realizarla tan bien como tú.
 

Un cuerpo extraño

Un cuerpo extraño

Le dijo (a Jesús) uno de la multitud: Maestro, dí a mi hermano que parta conmigo la herencia. Más él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Lucas 12:13-14
 
Uno de los peores errores de nuestro tiempo consiste en pensar que el Evangelio tiene por misión cambiar la sociedad. Pero como ésta no mejora, se concluye que el Evangelio falló, que no vale nada para este mundo industrializado, que va en busca de la producción, del beneficio propio, hirviendo en competiciones, protestas y conflictos sociales.
 
En efecto, el Evangelio no halla lugar en la sociedad. Es un cuerpo extraño en engranajes cada vez más complejos. Los hace rechinar. Entonces se lo rechaza. ¡Es tan molesto!
 
¡Reflexione! Este Evangelio dice que aún cuando alguien es rico, su vida no está en los bienes que posee (Lucas 12:15). Invita a cada uno a buscar "primeramente el reino de Dios y su justicia" (Mateo 6:33). Habla del hombre como de un ser extraviado, alejado de Dios, que padece del pecado y de todas sus consecuencias. Sí, ¡éste es el hombre del siglo XXI con sus técnicas, televisores, satélites y computadoras…!
 
Moralmente, los hombres no han cambiado. La sociedad no mejora, porque quienes la componen no mejoran. El Evangelio nunca tuvo por misión hacer a hombres mejorados, sino que les dice: "Os es necesario nacer de nuevo", es decir, ser hechos hijos de Dios, mediante la fe en Jesús. ¡Una nueva creación!
Esto era cierto para aquellos a quienes Jesús hablaba como asimismo lo es para los seres humanos de hoy.